LeBron James se
dirigió hacia Stephen Curry, saludándolo y felicitándolo. Faltaban 10 segundos
para el final pero todo estaba definido. James pagó su respeto a los nuevos
campeones y luego procedió a dirigirse a la banca ante una ovación de su
fanaticada.
La fanaticada en el
estadio lo sabía. Su mejor jugador había dado todo lo que podía ofrecer y luego
un poco más para ganar el campeonato, sin embargo no fue suficiente. Esta era
su forma de mostrar su agradecimiento.
Fuimos “testigos”
(¿recuerdan eso?) de una de las exhibiciones individuales más sorprendentes en
la historia de las series finales de la liga. LeBron James fue líder en puntos
(35.8), rebotes (13.3) y asistencias (8.8) sobre todos los jugadores que
participaron. Consiguió su 5to y 6to triple-doble en su participación en
finales, quedando a sólo 2 del líder que es Magic Johnson con 8. Pero… no fue
suficiente.
El mejor jugador del
mundo cayó ante el mejor equipo de la temporada. Tan sencillo como eso.
Esto que les digo no
resiste mucho análisis pues va con la naturaleza del juego. El baloncesto es un
juego de equipo que necesita aportes de estrellas y jugadores de rol para
conquistar la meta final de ser campeones. Nunca había quedado tan evidenciado
cómo en esta serie. Se validó el famoso dicho de que: “Las estrellas ganan
partidos, pero los equipos ganan campeonatos”.
Verdaderamente.
Los Cleveland
Cavaliers jugaron la serie final básicamente sin dos de sus principales armas,
Kyrie Irving y Kevin Love, y también sin otro de sus principales jugadores de
rol, Anderson Varejao, y con pocas expectativas de salir victoriosos. Sus
rivales resultaron ser el equipo con el mejor record de la liga durante la
serie regular y quienes sobrevivieron el “Wild, Wild, West”, considerada la
conferencia más dura de la liga. Aún con todas las desventajas, los Cavaliers
lograron poner a los Warriors entre las cuerdas y a un golpe de distancia de
noquearlos. Todo gracias a la gran actuación del mejor jugador de la liga. Sin
embargo los Warriors acudieron a su mayor ventaja, la profundidad, para
adaptarse a lo que tenían en frente y salir victoriosos.
Muchos han criticado
a LeBron por no completar la misión no entendiendo que… la misión fue
completada. Sin LeBron James ésta serie es una barrida. Es más, con un LeBron
James jugando a capacidades normales, la serie hubiese sido barrida. Pero
LeBron estuvo a niveles fuera de serie, reconociendo que su equipo necesitaba
eso y más para lograr vencer el obstáculo que tenían frente a ellos. Es por
ésta razón que en la conferencia de prensa, luego de encestar 40 puntos y ser
responsable de más del 70% de los puntos de su equipo, las palabras de LeBron
fueron “debí hacer más”.
No LeBron, en
realidad debiste hacer menos.
Por más que LeBron
James hubiese hecho en la cancha, no iba a ser suficiente. Los Warriors son un
equipo muy profundo para que un solo hombre les gane una serie. Después de
todo, y hasta que se demuestre lo contrario, LeBron James es humano. Se notaba
en cada partido, LeBron James llegaba sin energías. Los Warriors lo hacían
trabajar por todo. Ante todo lo que estaba en juego, James tenía que jugar a un
nivel casi perfecto desde el salto al centro que daba inicio del partido. Desde
el aspecto físico (defender, rebotar, correr) hasta el aspecto mental (leer la
cobertura, controlar el juego, involucrar a sus compañeros) las exigencias a
LeBron eran demasiadas. No era sencillamente que jugara más de 40 minutos, es
que tenía que DOMINAR durante más de 40 minutos. Fuera de Timofey Mozgov,
Tristan Thompson y por unos periodos Matthew Dellavedova, los Cavaliers no
aportaron nada.
Un equipo de un solo
jugador no merece ganar… y no ganó. Justicia divina.
Sólo piensen, ¿qué
sucede si LeBron James hubiese recibido ayuda? ¿Si aparecía el JR Smith game?
¿Si Iman Shumpert demostraba que el problema era realmente en los Knicks? ¿Si
Matthew Dellavedova extendía su momento “Linsanity” (¿Dellsanity?)? ¿Si Mike
Miller jugaba sin un tenis y encestaba varios triples? ¿Si Kendrick Perkins…?
Este…
¿Suena descabellado
lo que digo?
¿Es este el mejor
grupo en cuanto a talento? No. Sin embargo, jugaron peor de lo que se habían
mostrado en los playoffs. Comparemos algunas actuaciones contra la serie frente
Atlanta:
JR Smith: el factor
principal. Llamado a ser el segundo anotador que necesitaba LeBron, brilló por
su ausencia en las finales. Esto no debe sorprender a nadie, es más de lo mismo
con JR. Sólo hay que ver su historial con Carmelo y el principal problema de
los Knicks en los últimos años fue su dependencia de JR Smith como segunda
opción ofensiva. Ahora muchos entienden el razonamiento de Phil Jackson al
querer mover su contrato sin recibir nada a cambio. Pocos jugadores son tan
volátiles como él. En la serie contra Atlanta, todo fue mucha alegría y los
Knicks cometieron un error (sí, no se las voy a dejar pasar esa). Los Cavaliers
barrieron a un equipo de los Hawks que ganó 60 partidos en la serie regular
prácticamente sin Kyrie Irving gracias a 18 puntos por partido, tirando para
50% de campo y 47% de tres de JR Smith. ¿En la serie final? Otro gallo cantó.
JR Smith promedió 11.5 puntos por juego, tirando para un horrible 31.2% y 29.4%
detrás del arco. Cuando tu segunda opción ofensiva pone estos números, ¿en
realidad tienes algún chance? Noten la diferencia entre las series de la
actuación de Smith y tienen una de las principales razones del campeonato de
los Warriors.
Iman Shumpert:
conocido más por su defensa, la misión de Iman a la ofensiva es simple… pararse
detrás de la línea de tres y hacer pagar a la defensa si lo dejan abierto.
Durante la serie de los Hawks realizó muy bien su trabajo, promediando 9.5
puntos por partidos con 2.3 tiros de tres por juego a un muy eficiente ratio de
42.9% de tres puntos. Sin embargo, en las finales sus aportes bajaron a 6.5
puntos por juego, con sólo 1.3 tiros de tres por partido y un porcentaje de 32%
detrás del arco.
Matthew Dellavedova:
tuvo un partido con 20 puntos y ganaron. Sin embargo, de promediar 9.5 puntos
por juego, pasó a promediar 7.5 contra los Warriors. Tiró para un 31.8% detrás
del arco en la final del Este y un pésimo 23% contra los Warriors. ¿Les
mencioné que tuvo un juego de 20 puntos?
James Jones: solo
tira de tres. Contra Atlanta tiró para 37.5% y contra los Warriors 30%. Jones…
“you only had one job!”
Los hombres altos,
Thompson y Mozgov, no los incluyo ya que sacaron la cara. Principalmente
Mozgov, que promedio 14 puntos por juego con todo y tener un partido donde solo
lo utilizaron 9 minutos y se fue en blanco.
Como pueden ver, las
críticas a LeBron deberían ir dirigidas a sus compañeros. No me vengan con las
excusas de que no son jugadores buenos. No serán estrellas, pero han mostrado
ser mejores de lo que jugaron. LeBron hizo más de lo que se esperaba de él para
darle una oportunidad a su equipo.
Las claves para que
Cleveland sorprendiera a los Warriors eran:
- Que LeBron dominara y lo hizo.
- Dominaran los rebotes, perdieron varios partidos pero en general tomaron los rebotes que debían tomar.
- Que les cayeran los tiros de tres.
Los jugadores de rol
que mencioné anteriormente, todos tenían la misión de respaldar a LeBron detrás
del arco. Tal como venían haciendo desde finales de serie regular y en las
primeras tres rondas de los playoffs. Contra los Hawks, ese mismo grupo
promedio 12.3 tiros de tres por partido, tirando para un muy eficiente 39.8%. Y
los Hawks no fueron un mal equipo defensivo. En la serie final, los Cavaliers
sólo promediaron 8.2 tiros de tres por partidos y tiraron para un horrible
29.3%. Perdieron 10 puntos en efectividad.
Parte de estos
problemas se le debe dar crédito a la defensa de los Golden State Warriors. Parte
de la culpa también se la llevan los jugadores. Pero también debo resaltar que,
en mi opinión, la misma estrategia ofensiva de los Cavaliers les afectó más de
lo que se imaginan.
Se convirtieron tan
LeBron dependientes que no les dieron confianza a los demás jugadores hasta
momentos de desesperación. No obstante, en busca de hacer el juego más lento
para evitar que la ofensiva de los Warriors entrara en ritmo, los Cavaliers
lograron que sus tiradores tampoco entraran en ritmo. Vean esta estadística: en
la serie contra los Hawks, el 6.1% de los tiros de Cleveland fueron de tres
faltando 7 segundos o menos. Contra los Warriors, este porcentaje subió a 9.6%.
Esto nos indica que, al esperar hasta los últimos segundos en el reloj de
posesión para hacer ofensiva, es muy probable que afectara el flujo de la misma
y se tomaran más tiros apresurados.
Por su lado, Golden
State mostró su capacidad de adaptarse a las circunstancias del juego hasta
encontrar la química perfecta. El resultado fue sacar a Andrew Bogut del
quinteto y la rotación, abriendo la oportunidad para que David Lee les diera otros
aportes desde la banca y liberar al necesitado Draymond Green a la ofensiva al
ser colocado como centro. Green revivió luego de estos ajustes y resultó ser
pieza clave, junto a Andre Iguodala y Stephen Curry, para que Golden State
acabara con Cleveland. En lugar de Bogut, incluyeron a Iguodala en el quinteto
abridor buscando inicios del partido más favorables y lo consiguieron.
Para cada estrategia
que planteo Cleveland, que fueron acertadas y les dio resultados en los
primeros partidos, Golden State contaba con una respuesta. Al final, solo
quedó… LeBron James vs el equipo de Golden State.
Y ganó el mejor equipo.
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