“Les mentí”.
Ésta fue la respuesta de Steve Kerr
al momento de dirigirse a la prensa después del cuarto partido de la serie
final de la NBA y ser cuestionado sobre los cambios que realizó a la rotación
del equipo.
La mentira consistió en haberle
dicho a la prensa “antes” del partido que no realizaría cambios en la rotación.
Su razonamiento, a mi entender, me parece bien justificado y es algo que no
debe sorprender a nadie:
"… si les digo la verdad sería el equivalente de tocar en la puerta de David Blatt y decirle “mira, esto es lo que vamos a hacer”. Pude haber evadido la pregunta, lo que habría comenzado todo un fenómeno en twitter sobre ¿Quién jugara por los Warriors? Y también podía mentir al respecto. Así que les mentí."
De manera directa, Steve Kerr le pidió
excusas al reportero Tim Kawakami, quien cubre a los Warriors para el Mercury
News en San José, California.
Ran into Steve Kerr right after his presser. He immediately apologized for lying to me about the lineup change. "I had to do it," he said.
— Tim Kawakami (@timkawakami) junio 12, 2015
Dicen que “en el amor y la guerra
todo se vale”, así que con su equipo debajo en la serie, enfrentando la presión
de un colapso histórico y siendo públicamente criticado por estar debajo de
David Blatt en cuanto a estrategias en la serie, Steve Kerr recurrió a todos
los trucos.
Sin embargo, su mejor estrategia
para el partido no fueron los ajustes realizados en cancha ni en las conferencias
de prensa. La mejor estrategia que empleó Steve Kerr en la noche se llamó…
Confianza.
Confianza en sus instintos,
confianza en sus jugadores, y sobre todo… confianza en su equipo de asistentes.
I lie, I cheat... I steal wins at Cleveland |
La idea de realizar los cambios en
la rotación vino de uno de sus asistentes, Nick U’Ren de 28 años, que su
principal trabajo consiste en editar videos y otros trabajos misceláneos para
el equipo. Sin embargo, luego del juego número 3 en que los Warriors fueron
derrotados, U’Ren se pasó la madrugada estudiando el juego número 3 de la serie
final pasada entre los Spurs y Miami, y observó que el principal ajuste de Greg
Popovich fue colocar a Boris Diaw en el quinteto abridor. El resultado fue tres
palizas consecutivas a Miami y el campeonato número 5 de los Spurs con
Popovich. La historia sobre cómo sucedió nos la comparte Lee Jenkins de Sports
Illustrated aquí.
En resumen, la idea planteada fue
sustituir a Bogut en el quinteto abridor en favor de Andre Iguodala, quien ha
sido el principal defensor de LeBron James y la principal arma de Golden State
viniendo desde la banca, dándole a Golden State otro jugador capaz de organizar
y distribuir el balón. Esto les daría otro playmaker desde el inicio del
partido, considerando que en los tres partidos anteriores habían encestado 19,
20 y 20 puntos respectivamente en el primer cuarto de los partidos anteriores. Con
todo lo que estaba en juego, los Warriors no podían darse el lujo de volver a
jugar desde atrás. No con el mejor jugador de la liga, LeBron James,
controlando el flujo del juego cómo lo había logrado hasta ese momento. Debían
atacar desde el inicio y tratar de acelerar el flujo del partido a un ritmo que
le permitiera más libertades a la ofensiva.
Aparte de esto, el ajuste buscaba sacrificar
tamaño por velocidad. Con un
quinteto abridor más rápido, les daba la oportunidad de rotar mejor a la
defensa y ayudar más al defensor de LeBron James. También buscaban presionar a
LeBron para que no realice ofensiva a su tiempo, ya que en los primeros
partidos estaba eligiendo cómodamente sus puntos de atacar y el tiempo de
ataque. Que busque más a sus compañeros
y que estos tengan más responsabilidad a la ofensiva. Contrario a la estrategia
inicial que era neutralizar el apoyo de LeBron, ahora es bienvenido. Ésta imagen del grupo de SB Nation lo explica todo de una manera muy gráfica:
Pero no se equivoquen. La serie no está
empate por culpa de la defensa de los Warriors. Con todo y LeBron James
promediando 40 puntos por partidos y un triple doble en esos primeros tres
juegos, en general la ofensiva de Cleveland no mostraba un desarrollo efectivo.
El interés de los Warriors en este
cambió es pensando en los efectos en su ofensiva. Un juego más movido ayuda a
meter en juego a su principal jugador Stephen Curry, pero principalmente al
resto del equipo.
Y el plan fue ejecutado de manera
perfecta. Estos movimientos lograron que Golden State por fin contara en esta
serie con su “Factor G”…
Draymond Green.
Cómo les mencioné en escritos
anteriores, Draymond Green fue durante toda la temporada una de las razones
principales para el éxito de los Warriors. Lo que aporta a nivel de flexibilidad
en la cancha es difícil de contrarrestar para la oposición. Sin embargo, en la
serie final no había sido factor… hasta el juego número 4.
“I’m back” proclamó Draymond Green
mientras volvía a la defensa luego de encestar un triple.
Y los Warriors también. Al menos por
una noche.
Los Warriors con Draymond Green de Centro, un gigante de 6’6” de estatura (sarcasmo incluido, por si no se la llevaron), le
dieron toda clase de problemas a la defensa de los Cavaliers desde el inicio.
Por primera vez en toda la serie, los Warriors encestaban más de 20 puntos en
el primer cuarto y estaban arriba en el marcado al finalizar un cuarto. En.
Toda. La. Serie. Lean eso nuevamente y piensen lo que eso significa.
Aunque los malos hábitos volvieron a
mitad del partido, principalmente en el tercer cuarto, al final los Warriors
aprovecharon lo que todos imaginábamos pasaría en algún momento… los Cavaliers se
iban a desgastar físicamente. Este equipo más rápido en cancha puso a trabajar
un equipo que, con una rotación bien corta, estaba sobre trabajado en los últimos
6 días con 3 partidos bien intensos de serie final. Una serie donde se han
tenido que emplear al máximo de sus capacidades mentales y físicas (no se
pierdan, Cleveland a nivel mental ha estado enfocado en sus estrategias como
los mejores) finalmente les salió el cansancio. Golden State los invitó a
correr el maratón sabiendo que al final tendrían la ventaja.
El resultado fue el primer partido
decidido por más de 10 puntos en la serie. Y muchos problemas para los
Cavaliers que necesitaban defender su casa para mantenerse con chances en esta
serie.
Pero veamos el impacto de un
Draymond Green efectivo:
Con Green jugando como Centro, los
Warriors tiraron para un 55% de campo y un 43% (21-9) de tiros de tres.
Promediaron 119 puntos por 48 minutos jugados, en comparación a promediar 82
putos por 48 minutos jugados cuando otro jugador estaba como el centro del
equipo. El rating ofensivo de los Warriors con Green en cancha fue de 124.2. En
toda la serie final, el rating es de 103.2 jugando la mayoría de sus minutos
como delantero de poder. Es decir, en el juego que utilizan a Green como su
Centro principal los Warriors fueron 21 puntos mejores a lo que ha sido la
media en la serie completa.
¿Cómo se manifestó este impacto de Green?
Green estuvo más eficiente a la ofensiva, con un porcentaje de campo efectivo
de 59% cuando en la serie en general ha sido de 37%. Muy significativo. Pero la
sorpresa fue ver a un Green sirviendo más como repartidor. En el juego número
3, David Lee causo un impacto con sus habilidades de poner cortinas, atacar el
aro y mover la pelota. Green tomó una página de su libro y tuvo un asombroso
29% de porcentaje de asistencias en los tiros de campo de sus compañeros
mientras estaba en cancha. Durante la serie ha sido de 15%.
Todo esto se combinó con el gran
juego de Andre Iguodala (mi MVP de la serie hasta ahora, si gana Golden State)
y un juego solido aunque no espectacular de Stephen Curry. Recibieron aportes también
de la banca con 9 puntos de David Lee y 7 de Shaun Livingston, este último
teniendo un impacto muy positivo a la defensa y en la distribución de la pelota
a la ofensiva. Con Livingston en cancha los Warriors sobre anotaron por 25
puntos a los Cavaliers, el mejor diferencial de todos los jugadores en el
partido.
Desapercibido pasó que Klay Thompson
sólo encestó 9 puntos, pero así de distribuida estuvo la ofensiva de los
Warriors. Y cuando juegan de esta manera, son un equipo capaz de ganar 67
partidos durante la serie regular de una temporada (¿vieron lo que hice ahí?).
La estrategia tuvo como desventaja
el control de los rebotes ofensivos por el equipo de Cleveland, quienes tienen
un porcentaje de rebotes ofensivos en la serie de 26% y subió a 29% en el
partido cuatro. Aunque Golden State debe y puede hacer un mejor trabajo en los
rebotes defensivos, Cleveland seguirá consiguiendo estos rebotes. Por esta razón
lo que se recibe con la rotación pequeña y rápida supera, hasta ahora, lo que
les resta.
Por ahora sólo nos queda esperar el quinto juego de la serie para ver que ajustes realiza
Cleveland para contrarrestar… el Factor G de los Warriors.
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